Metrópolis
¡Quién diría! una película estrenada originalmente en 1927 que trate de ciencia-ficción, realmente es muy futurista su creador Fritz Lang, y a la vez muy acertado, él se adelanta al año 2026 pero yo digo apenas estamos en el 2010 y ya estamos viendo esos temas que propone, en nuestro caso de Ecuador no tan visible, pero en países industrializados donde la tecnología aparentemente iba a permitir el ocio al ser humano se puede ver, pero más que ello, el ocio en cierto caso da al ser humano el tiempo suficiente para poder hacer lo que a uno le gusta, pero esta época actual no es tan así y la película lo representa de la mejor manera, cientos de obreros que trabajan dentro de una máquina sin un momento de descanso, se supone que la tecnología da un tiempo a todos, pero no es así, detrás de todo lo que aparenta ser maravilloso hay cientos de personas trabajando, y viviendo en las peores condiciones, estamos en pleno siglo XXI pero solo de nombre, las clases sociales representadas por la burguesía y el proletariado, los unos bien gracias y los otros vivan como puedan, no es posible.
Si bien es cierto, la cabeza lo son los burgueses, también lo podemos ser los trabajadores y como ejemplo tenemos a los obreros de Chile que se organizaron por su propia cuenta sin necesidad de los dueños de las fábricas, todo con el afán de apoyar a Allende. Entonces metrópolis representa a esos dos mundos viviendo en un mismo espacio pero a la vez divididos, es una gran máquina donde los que facilitan su funcionamiento son los obreros, son la pieza fundamental, sin embargo todo este funcionamiento llega al colapso por los malos tratos; en la actualidad podemos ver que la esclavitud que parecía ser de la Edad Media aún reina y ahora evolucionada, un ejemplo son las empleadas domésticas puertas adentro, no se sabe a que hora termina su horario de trabajo, porque si su jefa se enfermó la que la cura debe ser la empleada y eso no implica la hora que sea, entonces esta representación que hace Fritz Lang, no es un simple guión sino más bien una representación de la realidad. Donde la cabeza representada por la burguesía y en la película por Joh Fredersen el presidente de Metrópolis la gran ciudad; las manos que vienen a ser el proletariado y en la película expresados en los obreros, y entre éstas dos clases existe una gran disputa pero para conciliar aparece como arte de magia el corazón representado por la mujer (María).
Finalmente quiero decir que para combatir o sublevarse ante el poder es necesario formar parte de su escenario para después disolverlo, con ello quiero decir que es necesario ser una especie de infiltrado, como en la película se representó en el robot.
¡Quién diría! una película estrenada originalmente en 1927 que trate de ciencia-ficción, realmente es muy futurista su creador Fritz Lang, y a la vez muy acertado, él se adelanta al año 2026 pero yo digo apenas estamos en el 2010 y ya estamos viendo esos temas que propone, en nuestro caso de Ecuador no tan visible, pero en países industrializados donde la tecnología aparentemente iba a permitir el ocio al ser humano se puede ver, pero más que ello, el ocio en cierto caso da al ser humano el tiempo suficiente para poder hacer lo que a uno le gusta, pero esta época actual no es tan así y la película lo representa de la mejor manera, cientos de obreros que trabajan dentro de una máquina sin un momento de descanso, se supone que la tecnología da un tiempo a todos, pero no es así, detrás de todo lo que aparenta ser maravilloso hay cientos de personas trabajando, y viviendo en las peores condiciones, estamos en pleno siglo XXI pero solo de nombre, las clases sociales representadas por la burguesía y el proletariado, los unos bien gracias y los otros vivan como puedan, no es posible.
Si bien es cierto, la cabeza lo son los burgueses, también lo podemos ser los trabajadores y como ejemplo tenemos a los obreros de Chile que se organizaron por su propia cuenta sin necesidad de los dueños de las fábricas, todo con el afán de apoyar a Allende. Entonces metrópolis representa a esos dos mundos viviendo en un mismo espacio pero a la vez divididos, es una gran máquina donde los que facilitan su funcionamiento son los obreros, son la pieza fundamental, sin embargo todo este funcionamiento llega al colapso por los malos tratos; en la actualidad podemos ver que la esclavitud que parecía ser de la Edad Media aún reina y ahora evolucionada, un ejemplo son las empleadas domésticas puertas adentro, no se sabe a que hora termina su horario de trabajo, porque si su jefa se enfermó la que la cura debe ser la empleada y eso no implica la hora que sea, entonces esta representación que hace Fritz Lang, no es un simple guión sino más bien una representación de la realidad. Donde la cabeza representada por la burguesía y en la película por Joh Fredersen el presidente de Metrópolis la gran ciudad; las manos que vienen a ser el proletariado y en la película expresados en los obreros, y entre éstas dos clases existe una gran disputa pero para conciliar aparece como arte de magia el corazón representado por la mujer (María).
Finalmente quiero decir que para combatir o sublevarse ante el poder es necesario formar parte de su escenario para después disolverlo, con ello quiero decir que es necesario ser una especie de infiltrado, como en la película se representó en el robot.
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